:La tecnología empleada en las aulas está revolucionando la forma de enseñar en todo el planeta.
Sin duda la tecnología seguirá penetrando en las aulas a medida que la transición del formato impreso a digital se consolide en todos los sectores.
Desde el punto de vista académico, la tecnología por sí misma, no es la respuesta para mejorar los niveles académicos. La tecnología de equipos, ya sean tablets o pantallas interactivas, constituye únicamente una herramienta. El uso de la tecnología debe estar unido a unos resultados específicos en términos de aprendizaje.
Los profesores dejan de impartir sus clases en modo automático, y se convierten en conductores de la educación de sus estudiantes. Para los profesores resultará clave comprender las herramientas y los recursos que tienen a su disposición. Un profesor podrá entonces diseñar cómo quiere utilizar las actividades de aprendizaje con sus propios estudiantes.
El aprendizaje personal a través de tablets/portátiles probablemente gane puntos en los próximos años a medida que se desarrolle el concepto del aprendizaje "a medida". Una clave para la adopción de este método será la rapidez con que el multimillonario sector del libro académico finalice la transición al formato digital.
Desde el punto de vista de las pantallas, prevemos que las pizarras electrónicas interactivas sentirán el influjo tanto de los proyectores interactivos como de las pantallas planas interactivas. Además, los docentes tendrán una extensa selección de dispositivos de hardware entre los que elegir. Es probable que el software y los paquetes de contenido que funcionan con los dispositivos sean factores clave.
Alentar a los alumnos a que traigan sus propios dispositivos es claramente una forma económica que tienen los centros educativos y los gobiernos de continuar sus planes de «enseñanza personal» en tiempos de austeridad. Existe la posibilidad de que las políticas sobre este tema pongan de manifiesto la división social/económica entre estudiantes, lo que podría dar lugar a situaciones de acoso o exclusión social. Tan solo por este motivo, algunos gobiernos/centros educativos ya están decidiendo no seguir las estrategias de «traer su propio dispositivo».
Otra función interesante que probablemente altere la dinámica de la financiación es el aumento de la adquisición de aplicaciones. Tradicionalmente, los centros educativos y los gobiernos han adquirido los libros para luego proporcionarlos a los estudiantes, pero es probable que este modelo entre en crisis a medida que la tecnología comience a facilitar los micropagos. Todos estos factores probablemente den lugar a cambios a largo plazo en la forma de financiación y en el desarrollo de la educación.
Fuente: Mike Fisher, consultor de Convergencia y Nuevas Tecnologías de Futuresource.
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